En medio de un desierto,
creí encontrar un pez,
de grandes alas grises…
Que no muy bien recuerdo.
Ardientes átomos de fuego
se entremezclaban con el aire,
destrozándome de nuevo,
como ya había ocurrido antes.
Los espejismos me sonreían,
me bañaban en ilusión,
sin embargo a ese mundo
hoy he dicho adiós.
Entre los mares de arena,
dibujado entre las dunas,
desato mi locura
y depredo la última de mis penas.
Carbonizado por el sol,
doy vuelta y digo adiós…
A Dios busque en este mundo
y el nunca me encontró.
viernes, 28 de septiembre de 2007
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